AÑO XV
Octubre
2021
40

La hija única

De Guadalupe Nettel

Gabriela Spina

La hija única es la última novela de la escritora mexicana Guadalupe Nettel. A través de un estilo transparente y agudo sin caer en lugares trillados, describe con una audaz naturalidad distintas formas de vivir la experiencia de la maternidad y la relación madre-hijo sin tonos dramáticos. En un esfuerzo por eludir los conformismos del mandato social, ya sea por el empuje a convertirse en madre ‒tal como ha dicho la autora en una entrevista, "Muchos aún creen que una mujer sin hijos está incompleta"‒ [1] o por su decisión de no serlo porque coarta la libertad y desarrollo personal, correlato del feminismo político.

Aborda diferentes modos de vivir el desdoblamiento del sujeto femenino entre la Mujer y la Madre a partir de tres mujeres cuyas historias se van entrelazando. Laura la narradora, su amiga Alina y Doris, vecina de Laura.

Laura ha renunciado a la maternidad definitivamente luego de que su partenaire de ese momento le expresara su deseo de tener un hijo, se liga las trompas y al tiempo se desliga de él. Durante años milita en contra de la reproducción y logra convencer a sus amigas. Alina también es una de las que cree que la secta de las madres convierte a las mujeres en seres sin vida propia. Sin embargo, después de un tiempo y del inicio de un análisis, ha tomado la decisión de tener hijos. Laura se decepciona y toma distancia de esta amistad de tantos años, pero gracias a la insistencia de Alina siguen en contacto.

Mientras el bebé de Alina se va gestando se muda al edificio de Laura, Doris con su pequeño hijo, Nico. Las crisis del niño empiezan a irrumpir los tiempos apacibles de Laura que destina a escribir su tesis doctoral de literatura y que alterna con una visita semanal a lo de su madre donde comparten, además del desayuno y el gusto por la literatura, un particular gusto por el control de la vida de la otra que han aprendido a morigerar manteniendo una óptima distancia.

El embarazo de Alina va creciendo al tiempo que crecen las crisis de Nico. Pero al octavo mes, la futura madre recibe el diagnóstico de microlisencefalia de la niña por venir y el tintineo de la muerte por pronóstico.

Nace la niña, llamada Inés, y resuena una reflexión de la autora en la voz de Alina: "Ninguna mujer que vuelve a casa después de parir su primer hijo retoma su vida anterior, mucho menos en esas circunstancias. La maternidad cambia la existencia para siempre".[2] Es así como el niño no solo colma, sino también divide el deseo femenino.[3]

Este es el acontecimiento que produce una escansión del texto en dos partes.

Los padres de Inés comienzan un derrotero de consultas hasta que dan con una médica en estimulación y con Marlene, una niñera que tendrá un importante papel en la vida de esta familia no solo para la niña, sino para Alina y su marido, esa otra mujer pondrá a prueba su deseo de mujer. Marlene tiene pasión por los niños, aunque no puede tener los propios, privación que compensa con un cuidado y estimulación meticulosa de niños con dificultades que evoca la educación de Mrs. Sullivan con Hellen Keller. Es la primera que recorta la subjetividad de la niña, a tal punto que sus padres no se referirán a ella como su niñera, sino como la mejor amiga de Inés. Más allá de los dictámenes médicos esta niña se aferra a la vida con una fuerza inusitada.

En todo el relato se pone en tensión la maternidad en sus facetas más extremas, Alina con un amor incondicional y Doris con una carga insoportable.

Doris no puede contener las crisis de su hijo, la sumergen en una profunda angustia. La relación estragante que ha tenido con su marido muerto en un accidente unos años antes, estraga la relación con el niño. El fantasma del padre muerto se hace presente en el ser del niño como un real inamovible e indiferente a la dialéctica simbólica.

Antes de casarse, Doris había sido cantante de un grupo, pero después de la boda el marido comienza con celos, reclamos y violencia. Aplasta su deseo de mujer y se ubica más como un hijo que como padre de Nico. Miller lo llama "falso padre", aplasta en el hijo al sujeto y lo obliga a encontrar refugio en el fantasma materno negada como mujer.[4]

La narración del proceso de construcción de un nido de palomas en el balcón de Laura atraviesa toda la novela con la particularidad de que el huevo que empollan las palomas es de otra especie. El fenómeno se llama "parasitismo de puesta" frecuente en el cucú hembra que intrusa otros nidos destruyendo a veces los huevos que allí estaban para asegurarse el cuidado de su pichón.

Laura empezará a acercarse a su vecina para ayudarla a cuidar a su hijo y propiciará además que Doris recupere su deseo femenino no sin consecuencias en la mutación de su propio deseo.

Al final del libro Doris y Laura se topan con el alboroto de una manifestación de mujeres que han tomado la calle y han interrumpido el tránsito para hacer oír sus voces.

Freud descubre el psicoanálisis haciéndose eco de la palabra y los síntomas de las mujeres, subvirtiendo el orden establecido de una dura época victoriana que solo las veía como progenitoras. El régimen androcéntrico, después de una larga y pesada tradición condenaba a las mujeres a un estrecho lugar; ellas comienzan a levantar su voz en la proclama de igualdad de derechos. Desde el feminismo clásico de los 70 a los actuales más diversos, los movimientos de mujeres no han bajado sus banderas y han tomado las calles en un río interminable de color verde y morado.

Una parte de lo femenino no consigue encontrar su lugar en el mundo, es completamente insituable el no-todo, goce suplementario, indecible, que resiste al sentido, esa parte que hace de cada mujer una excepción, una por una, que como tal, no pueda colectivizarse.[5]

La toma de la palabra de las mujeres en análisis y, en este caso en la literatura, dará cuenta de lo que cada mujer se inventa allí, una por una, más allá que se convierta en madre o no.

NOTAS

  1. Wajsczuk, A., Entrevista a Guadalupe Nettel: "Muchos aún creen que una mujer sin hijos está incompleta", Clarín, 9 de diciembre de 2020 [en línea]. Disponible en https://www.clarin.com/cultura/guadalupe-nettel-creen-todavia-mujer-hijos-incompleta-_0_hgzZyYPSI.html
  2. Nettel, G., La hija única,Anagrama, Barcelona, 2020, p. 106.
  3. Miller, J.-A, "El niño entre la mujer y la madre", Virtualia #13. Revista digital de la Escuela de la Orientación Lacaniana [en línea]. Disponible en http://www.revistavirtualia.com/articulos/562/virtualia-13/el-nino-entre-la-mujer-y-la-madre
  4. Ibíd.
  5. Alberti, Ch., "La Mujer no existe". Argumento 1. La Gran conversación virtual Internacional de la AMP, AMP- UQBAR, 28 de mayo de 2021.