Marzo 2018 • Año XVII
#34
Sala de lectura

Lecturas de una Argentina. Con Lacan.

De Carmen González Táboas

Alejandra Glaze

Buenos Aires, Letra Viva, Buenos Aires, 2016. Prólogo de Luis Tudanca.

1. QUÉ ARGENTINA. Difícil comentar un libro llamado Lecturas de una Argentina. Con Lacan, hoy en día. ¿Qué Argentina? ¿La del 2016 –cuando se publicó este libro– o la del 2017, cuando lo leo hoy? Cuando decimos Argentina, seguramente son muchos los sentidos que confluyen para hablar de ella. Y también, seguramente, muchas las miradas. Pero, me pregunto, ¿existe la posibilidad de encontrar Una mirada, "con Lacan"? ¿Aunar un sentido de Argentina con Lacan? Parece improbable. Y en su título, el "Con Lacan", suena a una apuesta muy fuerte. ¿Es posible leer la política desde lo político del psicoanálisis? Sí, siempre y cuando la apuesta tenga que ver con leer lo que se escapa de la política, es decir, lo político. Pero vayamos a la definición de lo político que nos brinda el mismo libro que estamos comentando: Una ética de las consecuencias de los actos de la política que no podemos ignorar.

¿Se puede desde el psicoanálisis llegar a leer a la Argentina con lo que implica toda lectura como parcial? Así, esa lectura podría funcionar como escritura de aquello que no es legible en el campo del Otro. ¿Es esto posible?

2. IDEARIO. El libro aparece frente a nuestros ojos, apenas uno abre sus páginas, como reflexiones, golpes de efecto sobre una historia que aparece encarnada en un cuerpo y en una preocupación por un estado de las cosas. Una trama de notas sueltas, numeradas, y separadas en capítulos, que puede leerse de adelante para atrás, de atrás para adelante, o comenzar desde donde uno quiera. Aconsejo que se lea de este último modo. Son maneras de reflexionar sobre lo que nos toca como argentinos, y las múltiples influencias que hicieron que llegáramos a ser quienes somos. Así Marx, W. Benjamin, Platón, Sócrates, Aristóteles, Baudelaire, Spinoza, Maquiavelo, Foucault, Freud, Lacan y Miller, conversan con J. D. Perón, Santoro, Horacio González, Raúl Santana, Ernesto Laclau, Jorge Alemán, Germán García o Gustavo Dessal, dando letra a una historia plagada de marchas y contramarchas, avances y retrocesos…; pero claro, según desde donde se mire. Así, Una Argentina se va delimitando. La historia de la voluntad de los procesos colectivos en un momento dado. [1]

3. LA IDEOLOGÍA SIEMPRE ES FANTASMÁTICA. Sabemos algunas cosas que nos legaron Freud y Lacan. A partir de allí una lectura es posible. La política fija a los sujetos a su modo de goce y a sus "significantes amos", fijaciones en las que el sujeto del inconsciente localiza su consistencia fantasmática, y desde allí, una "supuesta" identidad.

Carmen González Táboas, entonces, como siempre en sus libros, hace una apuesta muy fuerte. Y nos conduce, atravesando la historia de la Argentina, al modo en que el psicoanálisis puede brindar coordenadas para pensar lo que nos pasa, como argentinos, en una argentina siempre a refundar. Pero ¿desde dónde? ¿Con Lacan? ¿O con Carmen González Táboas? ¿O con ambos?

Para comenzar su lectura, Carmen rápidamente nos dice que el hombre puede pensar la ciudad a partir de un paradigma político. Evidente, pero no transparente para todos. No todo el mundo puede captar desde qué lugar lee lo que pasa. Cómo, y de qué manera, el sujeto es hablado por el otro desde ese paradigma político, movilizando su modo de goce y su fantasma, ya que sabemos que la ideología no es más que el modo en que el fantasma hace su juego en el sujeto. Lo dice muy bien: se trata de la infinita variedad de lo Uno en cada uno. Así, la propaganda aparece como una lógica mentirosa del discurso común, embustera y engañadora. ¿De qué manera los medios arman ese entramado que hace que los sujetos se sientan representados por eso que se dice de uno y otro lado del espectro "político"? Así, no cualquier griterío mediático es una polémica, no cualquier griterío es una discusión que defiende opiniones contrarias, sino la agitación de las hostilidades que en ningún punto intentan dirimir antagonismos estructurales e irreductibles. Sino más bien profundizarlos. Así, los medios de comunicación moldean nuestros miedos, nuestro gusto y nuestras apetencias, adoctrinándonos en los principios del capitalismo. Lo que desaparece en el tipo de enunciación de los medios de comunicación, es el sujeto, para pasar a ser "la gente", como una simple construcción biopolítica.

Pero Carmen hace valer, de un modo preciso y claro, eso que desbarata cualquier lógica y cualquier jugada desde el marco de lo político: la prevalencia del goce, que hace fallar todo cálculo, y desbarata la política y la ideología. Con las consecuencias que eso tiene para los hombres, los pueblos, los gobiernos, los partidos, y en definitiva, para el sujeto de la historia, siempre a definir.

4. UN LIBRO ARGENTINO. Es un libro que no deja de comprometernos. Y si puede decirse así, es para argentinos.

Deconstruye uno a uno todos los semantemas de la política argentina, muchos de ellos extraídos del campo mundial, pero hechos propios, convertidos en "nuestros": populismo, libre comercio, pluralismo, diálogo, sinceramiento, gobierno de los mejores, bienestar, pueblo, meritocracia, endeudamiento, masa, neoliberalismo, liberalismo, democracia…

5. QUÉ DEMOCRACIA. La diferencia entre oligarquía y democracia hace su aparición de modo preciso. La democracia, sociedad de los ciudadanos libres e iguales. Y entonces, la pregunta que se hace Carmen se impone: ¿Qué democracia se espera de una economía de libre mercado y de un Estado que le sea funcional? ¿Cada uno para sí, propietario de sí mismo? En ese contexto la tensión social adquiere la condición de patología a corregir. El racismo, el hambre, la exclusión, la segregación, hacen su llegada. El desprecio de los perdedores, la meritocracia, irrumpe en lo social, con consecuencias desastrosas de exclusión y barbarie, de la mano de la ferocidad capitalista, impuesta por el neoliberalismo que deja libre el camino a la primacía del mercado sobre el Estado. ¿Qué democracia es la que el neoliberalismo dice sostener?

6. DE NUESTROS ANTECEDENTES. Alberdi. Piensa en el peligro de lecturas que despierten ideas sobre los derechos al goce de los bienes. 200 años antes, proponía un orden constituyente y liberal, en lo político y en lo económico, el gobierno de los mejores. Opositor a Rosas, y después a Sarmiento, propugnaba la disciplina social como meta para la política. Sarmiento, cómplice de las pasiones facciosas de los caudillos que a cada paso encienden la lucha entre federales y porteños. Mitre, que impulsa la idea liberal de "partido" en oposición a la de facción. Y que comienza nuestro "endeudamiento". Cae Mitre, asciende otro liberalismo; son conservadores liberales (que imponen el fraude liberal, los despidos masivos, los delitos financieros, las deudas públicas y la baja de los precios).

7. GRIETA. Fuerte. Preciso. Certero. Valiente. No se eluden aquí los temas fuertes de nuestra cultura social, política y cultural. Que siempre estamos repensando, discutiendo, dándole vueltas, polemizando y… sufriendo en carne propia. Así, hace su aparición el peronismo como lo imposible de suturar, un verdadero trauma argentino, que ha dejado esa impronta nacional y popular donde se leen los efectos de la particularidad extrema de un país que no cesa de estremecerse con lo que no cesará de no reunirse. Y su contraparte, el neoliberalismo imperante hoy, el gobierno de los mejores, que despliega las huellas de los gobiernos liberales anteriores a ese peronismo. La grieta está abierta. ¿Qué saldrá de ella?

Las nuevas formas de la vida política argentina no brotaban de importadas ideas marxistas, sino del rumor nacional y popular de los olvidados por las políticas liberales durante las interminables luchas de poder. Una serie de contingencias los puso en el camino del Coronel J. D. Perón. El peronismo, incomprensible como fenómeno para extraños y algunos propios, no deja de ser ese baluarte siempre a disputar en nuestra sociedad.

8. O POLÍTICA // O GESTIÓN. Antagonismo puro. Los ciudadanos pueden volverse asuntos para gestionar, dice Carmen. Se intenta dejar vacío el lugar de la política con sus consecuencias en el campo de lo humano, cuya experiencia es dejada de lado. Gestión que usa el "todos" como rechazo absoluto de lo que no entra en un todos igual a uno. Y que Carmen ubica muy bien cuando dice: El 'todos' retórico… apenas disimula el rechazo de lo diferente, lo raro, lo incomprensible, lo singular.

Pero de la eficacia de la gestión podríamos pasar a la eficacia de la policía en el orden público: el discurso del orden. Hay exigencias históricas que requieren en un determinado momento que los sectores populares tengan algún tipo de representación de gobierno. No de gestión. La gestión no representa a nadie, solo mueve piezas de un tablero, sin ninguna sensibilidad social. Sin tener en cuenta a los actores de ese juego, como sujetos históricos. Van en contra de lo logrado en términos de experiencias populares, sean las que sean.

La política, soportada por los seres hablantes, no puede ser reducida a una mera gestión profesional, ya que es la única que puede penetrar y resguardar la escritura fallida de toda representación

9. POPULISMO. Debate constante y permanente. Sintagma usado a derechas e izquierdas. Incluso, para decir conceptos contrarios. El populismo es un efecto de cierta articulación de las demandas en el marco de la pluralidad discursiva de la democracia. Laclau dixit, una categoría precisa de la teoría política, contra las vaguedades y prejuicios en uso. En definitiva, "las conquistas son del pueblo". Sin más. Llámenlo como lo llamen. Así como los goces impiden un colectivo uniforme y homogéneo, el populismo implica eso heterogéneo, esa articulación de demandas populares, que permite la inclusión de la parte de los sin–parte. Incluyendo el lumpen–proletariado, como no–grupo. Heterogeneidad que no se asimila a la universalidad. Hegemonía que no es sin resto, que incluye lo inconmensurable, lo no atrapable por el concepto universal. Así, lo heterogéneo de Laclau: lo que no cesa de perturbar, porque no cesa de no ser nombrado en el campo del otro, como introducción de lo heterogéneo en la acción política.

10. UN LIBRO NECESARIO. Como se dice en la contratapa de este libro, Carmen González Táboas se atreve a entrar en lo político de la política argentina. Pero es solo a partir del goce que esto es posible, desde eso que queda fuera, para desde ese prisma –dice Luis Tudanca en el Prólogo– "tratar de ver lo que los discursos dominantes no dejan ver". Bienvenida entonces esta Lectura de una Argentina. Con Lacan. La deslegitimación de la política que intenta producir el neoliberalismo, es una forma de ir contra la única posibilidad de combatirlo, lo político, que implica dar lugar a ese goce que no entra en la cuenta de los balances del capitalismo feroz, para así anular de alguna manera los efectos que la gestión de las gentes con la demagogia de la autoayuda y el coaching como modos de control social, que van también, sin más, contra el discurso del psicoanálisis. Es en ese marco que un libro como el de Carmen es necesario.

NOTAS

  1. Las cursivas remiten a frases textuales del libro. Los números de página son intrascendentes. Remitimos directamente a la lógica del libro que surge de su lectura.
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