Noviembre 2009 • Año VIII
#19
Sala de lectura

En las huellas del síntoma

De Mauricio Tarrab

Marie-Hélène Roch

El 26/1/06 por invitación del Envers de Paris y de su director Paulo Siqueira, se presentó en Paris- en el Centro cultural franco-brasilero- el libro de Mauricio Tarrab: En las huellas del síntoma. Participaron de esa presentación Marie-Hélène Roch, Yasmine Grasser, ambos miembros de la ECF, Romildo Do Rego Barros, miembro de la EBP y el autor.

Orientado por su experiencia y su práctica, y reconociendo su deuda con la enseñanza de Jacques-Alain Miller, Mauricio Tarrab se apoya en las puntuaciones cruciales e inéditas que marcaron los pasos del psicoanálisis hacia lo real, en su libro, En las huellas del síntoma [1]. Toma acta de lo vivo que aportó el pase y expone los resultados de los Carteles del pase en los que participó.

Me gustaría decirle:"¡Qué buen uso del sinthome hace Mauricio, con esta publicación!"

 

La traza del viviente

¿Qué es lo que define el psicoanálisis lacaniano? ¿Qué es lo que hace el encuentro contingente? Es lo vivo, la traza del viviente, este encuentro primitivo y traumático del cuerpo y de lalengua del que Mauricio habla en su texto. La lengua española hace aparecer bajo la palabra huellas una doble designación: del lado significante, la marca, lo impreso; del lado de lo real, la marca de goce. Marca inaugural y causa del movimiento de la experiencia, que pone a andar, de este modo, al autor en una búsqueda que muestra de entrada que no es una búsqueda de saber puro en la que se trata de despejar una verdad y que hay que abandonar los amores por la verdad para seguir las dimensiones borromeas de los real.

De entrada, allí donde la vida es problemática para cada uno, M. Tarrab toma como referencias el significante, el cuerpo y el sinthome, ese resto fecundo. La clínica lo muestra, la experiencia psicoanalítica lo demuestra. Bajo el efecto de la palabra en el campo del lenguaje, el sujeto habla, el viviente se desvitaliza. Por ello –según Tarrab lo señala- el analista lacaniano está atento en la sesión analítica, a los acontecimientos de la sesión, a lo inesperado del acto, por lo que el sujeto recupera algo del viviente –que no es ya sufrimiento sino una vida que ofrece su traza inédita. Una reducción de esta vida a su menor sufrimiento debe operarse para que el sujeto haga uso de ella libremente, con responsabilidad e inventiva.

Esta es mi manera de descifrar el título del libro, donde la orientación a lo real está bien resaltada formulando una tesis que sigue la huella marcada por el significante y aquella huella inédita de la experiencia analítica misma, que libera el sinthome.

 

La marca del tiempo

Este libro es tanto más pertinente pues tiene en cuenta el tiempo. "Las huellas comienzan allí donde estamos" escribe M. Tarrab. Las huellas van al paso del sinthome. Este "allí donde estamos" participa de las consecuencias de la invención del sinthome por Lacan en 1975. La originalidad de esta nueva escritura del síntoma se inscribe en la temporalidad. J.-A. Miller nos hizo vivir las dimensiones del acontecimiento Lacan, su invención de lo real, a menudo de manera inesperada y traumatizante como debió serlo, al salir del campo de Freud. Cada avance nos ha conducido "allí donde estamos". Esto, que nos deja desconcertados, J.-A. Miller lo llamó la desorientación lacaniana. Ejemplo de ello es arribar a la evidencia :¡Final de la gran ruta del Nombre-del-Padre! ¡Fin de la magia de la palabra, de lo simbólico! Henos aquí estupefactos por el borramiento de la carretera principal. Y sin embargo allí está lo vivo de la enseñanza. Son los secretos del sinthome, la disolución de los conceptos, sin embargo, fundamentales. Se trata ahora de hacer uso de ellos prescindiendo de ellos.

 

Lo irreversible del pase

El escrito de M. Tarrab va al compás del pase. Precisa que el pase es "antidogmático". Es verdad, y decirlo de este modo tiene consecuencias, porque es no olvidar aquello que cada AE ha producido de vivo y de nuevo en un momento temporal, y recordar el acontecimiento inédito. Un AE deja trazas irreversibles y eso es ofrecido a la comunidad. M. Tarrab adelanta que si "lo incurable es el síntoma, lo irreversible es lo nuevo".

Decir que el pase es anti-dogmático, es también ordenarlo según sus versiones singulares, para no ser tomado por la "viscosidad lacaniana" [2] como pudo decirlo J.-A. Miller en su Curso, en el 2001. Esas tres versiones definen cada una el fin del análisis, fechan momentos de ruptura de Lacan y nos vuelven sensibles al uso de este ágrafo: el sinthome.

Era un paso, el de decidir operar con las tres dimensiones del nudo borromeo, de volver a incluir lo real, de situarlo en su nueva tópica modal, de separarse de la idea de que lo real se encuentra más allá del atravesamiento del fantasma. Tres datos testimonian del avance lacaniano: 1967, 1973, 1976, tres versiones del pase con el impulso del seminario Le sinthome.

Traducción: María Inés Negri

NOTAS

  1. Tarrab M., En las huellas del síntoma, Buenos Aires, Gramma ediciones, 2005.
  2. Miller J.-A: La orientación lacaniana, "El lugar y el lazo", enseñanza pronunciada en el marco del Departamento de Psicoanálisis de Parías VIII, 2000-2001.
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