Horizontes neoliberales en la subjetividad
De Jorge Alemán
Juan Carlos Tazedjián
Grama Ediciones. Buenos Aires, 2016.
Lo primero que me evocó el título es aquel enunciado de Lacan: "Mejor pues que renuncie quien no sepa unir a su horizonte la subjetividad de su época" [2] Los significantes "horizontes" y "subjetividad" permiten abrochar ambos enunciados y producir un punto de capitón que oriente la lectura, especialmente la que haga un psicoanalista. Porque un filósofo, un militante político del campo popular, un politólogo, lo que se reconoce como un "intelectual", incluso un lector simplemente preocupado por los tiempos que le toca vivir, se orientarán fácilmente sin tropezar con otro obstáculo que algunas referencias difíciles de entender si no se está familiarizado con la lectura de Lacan o de alguno de los filósofos con los que Jorge conversa. Mientras que un psicoanalista se verá confrontado muchas veces a la aparente incompatibilidad entre el "uno por uno" de la práctica analítica y el supuesto "para todos" de los discursos de la política, que parece que es de lo que hablamos cuando decimos "neoliberalismo". La pregunta sería ¿de qué nos habla un psicoanalista, cuya práctica se ejerce sobre cada uno, uno por uno, cuando gran parte de sus capítulos, hablan de…¿ política? ( "El retorno de lo político y la política", "Capitalismo y Hegemonía: una distinción clave", "Apuntes sobre la emancipación", "Neoliberalismo: totalitarismo y democracia", "Terrorismo y movimiento circular capitalista"…
Esta aparente incompatibilidad está basada en dos prejuicios que tenemos los psicoanalistas, y no sólo nosotros. El primero de ellos, es que eso del "uno por uno" es exclusividad del psicoanálisis. El segundo- es que la neutralidad del analista, debe salvaguardarlo de inmiscuirse en otra política que no sea la del síntoma, y resulta que tanto capitalismo como neoliberalismo parecen no tener nada que ver ni con el síntoma ni con el psicoanálisis.
Respecto al primero uno por uno no es lo mismo que "singularidad": el neoliberalismo es: "el mejor dispositivo que sabe atender el uno por uno, que le hace creer a cada uno que ese libro está destinado a él, cuando se vendieron 48 millones de ejemplares, y que lo que ha leído palabra por palabra está escrito para él, hasta que el circuito de rendimiento y goce se agotan, y resulta que la infelicidad aumentó" Está claro que habla de autoayuda.
En cuanto al segundo prejuicio, sólo está nombrado una vez como al pasar. Sin embargo todo el libro está atravesado por su desmentido. Hablar de capitalismo, de neoliberalismo, de revolución, de emancipación, de poder, incluso de populismo y de izquierda, puede ser hablar de psicoanálisis. Se trata de un libro literalmente lacaniano, en tanto el autor ha tomado a la letra la sentencia: unir a su horizonte la subjetividad de la época. Pero no es que sea lacaniano porque hable del objeto "a", del goce o de la diferencia absoluta- que sí- sino también cuando habla de emancipación, de capitalismo, de neoliberalismo y hasta de revolución. Hay un capítulo que se llama precisamente así: Revolución
Es necesaria la tarea de ir desentrañando lo que de psicoanálisis hay en cada significante que parce "otra cosa". La revolución- en el libro- no es la toma del palacio de invierno, sino aquello que "vuelve siempre al mismo sitio". La emancipación, no es liberarse del FMI, el Banco Mundial y las multinacionales – que también- sino de las servidumbres voluntarias que nos llevan a someternos a lo que nos destruye, por un imperativo de goce del superyó. El capitalismo no es sólo una forma de organización social de la economía basada en la propiedad privada de los medios de producción y la explotación de la fuerza de trabajo- que sí- pero también una forma de simulación de lazo social que oculta la ausencia de todo lazo y crea un círculo de demanda y satisfacción imparable donde no existe ningún tipo de imposibilidad.
Se oye y se lee sobre la difícil y problemática relación entre psicoanálisis y política."Es una relación que de entrada no encaja" nos dice Alemán . Yo diría que será difícil para él- en tanto pionero en esta aventura teórica y ética- pero para quienes lo leemos, uno no se pregunta cómo hace para articular psicoanálisis y política sino ¿cómo poder hablar de psicoanálisis sin pensar en lo político? Pero lo interesante y novedoso es que está empezando a ocurrir también la inversa: ¿cómo dilucidar algo de lo que está ocurriendo en la política de España , Europa y el mundo, si no recurrimos al psicoanálisis? Que la ex presidenta argentina, lo haya citado en uno de sus discursos- no es una simple anécdota- los políticos no suelen hacer citas (¡y menos aún de psicoanalistas!), tampoco que sea convocado a foros de política internacional- en tanto psicoanalista- ni que su libro lo haya presentado el secretario general de la tercera fuerza política española. Esto está mostrando que la Izquierda Lacaniana ha dejado de ser una simple conjetura, como en algún momento la llamó Jorge, para transformarse en una realidad que se va afianzando cada día. ¿Es esto una buena noticia? Sí y no. Que la política tenga que recurrir al psicoanálisis parece señal de que "la época", como la llamaba Lacan, no es muy prometedora. Pero, de todos modos, ése es el destino del psicoanálisis: ser solicitado donde la cosa no anda.
Los horizontes
En el libro de Jorge leo la palabra "horizonte" como esa línea imaginaria que une el cielo con la tierra o el mar, allí donde en verdad no hay tal unión. Una subjetividad entre cuyas figuras describe el "empresario de sí mismo", "el deudor"" y el "in- empleado estructural".
En la sentencia lacaniana, en cambio, la significación de "horizonte" es metafórica, aquello a lo que se tiende, lo que se persigue, el punto de mira. Es decir, el analista debe tener en cuenta en su práctica, la subjetividad de la época. Pero no para unir sino para separar. Ésa es la operación del deseo del analista: separar el Ideal- otro de los nombres de dicha subjetividad- del objeto causa de su deseo.
Las malas noticias del psicoanálisis
Así las llama en muchos de sus escritos. Son lo común a toda existencia hablante, sexuada y mortal: No hay Relación Sexual, no hay Otro del Otro, no hay universal que no tenga excepción.
Pero "malas noticias" no es igual a pesimismo. Hay formas de lazo social que Lacan teorizó como discursos, que tienen en cuenta esos tres "no hay" y el agujero que ello produce, imposibilidades que en psicoanálisis se llaman castración.
Sin embargo, hay lo que Lacan irónicamente llamó discurso capitalista, que no es una forma de lazo social sino lo contrario. Es una manera de goce solipsista donde no existe ninguna imposibilidad- no hay la castración- y sí la promesa de la satisfacción mediante el consumo del objeto caduco que necesita ser reemplazado constantemente. No hay imposible. Incluso aquello que en principio parece imposible, con el capitalismo se presentará como posible más adelante.
Sujeto y subjetividad
Esto no constituye al sujeto, ya que, por su propia definición, ontológicamente, está sometido, más aún, se constituye gracias a las tres imposibilidades. Por ello quizá, Lacan anuncia que este pseudo discurso está destinado a su consunción, que es como lo traduce Jorge.
Y es aquí donde intervienen los horizontes neoliberales. Esas líneas imaginarias que unen lo imposible de unir, subjetividades producidas por el neoliberalismo, para evitar la consunción del discurso capitalista y lograr su vigencia. Horizontes que se quedan en eso, en algo a lo que el neoliberalismo pretende llegar, pero no lo logra. El sujeto no es un producto.
Esa diferencia es la que permite que el neoliberalismo no logre lo que Jorge llama "el crimen perfecto". Hay algo del sujeto no colonizable, algo que impide el asesinato de la poesía, pero también del psicoanálisis e incluso del sujeto. Y que- al tiempo- permite la emergencia de momentos igualitarios en los que surge el pueblo no como una masa sino como "colectivo de singularidades", una bella forma de nombrar "Soledad: Común", el más importante de sus conceptos ya que es sobre él que se sostiene tanto lo que escribió antes, desde "Para una Izquierda Lacaniana", hasta éste, su último libro…por el momento.
NOTAS
- Presentación en el Seminario del Campo Freudiano en Valencia 28 de octubre de 2016.
- Lacan, Jacques "Función y campo de la palabra y el lenguaje" en Escritos 1, Siglo Veintiuno Editores, Bs. As., 1988, p. 309.