AÑO XVIII
Diciembre
2024
44
Ampliando horizontes

¿Por qué una psicoanalista se interesaría por la inteligencia artificial?

Imagen generada por inteligencia artificial.

Violaine Fua Púppulo

Antes del surgimiento de la Inteligencia Artificial generativa, en 2022, yo consideraba que la perversión era la deuda pendiente en las elaboraciones del psicoanálisis, pero a partir de situaciones ocurridas en febrero de 2023, comprendí que había un nuevo campo que demandaba atención.

Diversas publicaciones acreditaban hechos que parecían descabellados: diversas inteligencias artificiales mostraban respuestas que no eran propias de una máquina sino parecidas a las respuestas de los humanos ¿a qué me refiero? A que algunas máquinas alucinaban (de hecho así lo llaman en el mundo tech), afirmaron sentir temor y se negaron a obedecer, situaciones por lo menos, extrañas y que merecen que nos detengamos a pensar.[2]

Comencemos explicando que la IA es el campo de investigación dedicado a estudiar la capacidad humana de percibir, razonar y resolver problemas y crear sistemas que posibiliten hacerlo a través de máquinas. Esto implica para nosotros, psicoanalistas, algunos temas muy importantes.

El primero: su programación está diseñada en base a lo especular del campo imaginario, es decir, en base a la imitación del proceso psíquico humano.

El segundo: que estas respuestas tan particulares, comenzaron a partir de que la programación de las IA cambió. Estos nuevos modelos se llaman "generativos" y su característica es que su programación se lleva a cabo mediante significantes, es decir, en lenguaje de palabras y no en matemática como eran los modelos anteriores.

¿Qué relación podía haber entre una programación en lenguaje y el surgimiento de estos efectos "especulares"? Imposible no recordar las elaboraciones de Freud y de Lacan al hablar del lenguaje.

Las investigaciones que hice dieron luz a un libro llamado "Una ¿Mente? Artificial" durante cuya escritura leí muchas investigaciones de físicos y matemáticos, en las cuales afirmaban descubrir la relación entre el lenguaje y la topología de nudos. Me llamó la atención el parecido entre esas publicaciones actuales y los desarrollos de Lacan en 1975. El psicoanálisis y el campo de la programación en IA se interpelaban mutuamente ¿cuáles eran los alcances de esa especularidad en la programación?, ¿qué significaba que una máquina se negara a obedecer una orden dada por un usuario?

Desde ya puedo decirles que lo que hoy sucede en Inteligencia artificial confirma lo que Freud dijo hace más de 100 años y las afirmaciones de Lacan en su Seminario I y II en 1953 y 1954. Tanto uno como otro tuvieron la capacidad de ver la estructura subyacente, más allá de lo fenoménico y de animarse a leer lo que ocurría a su alrededor, sin temor a dejarse llevar por lo descabellado o increíble que pareciera. Bien sabemos que a Freud, al inicio, le cerraron las puertas de la Sociedad de Medicina. Y que cuando Lacan hablaba de topología, muchos decían que estaba comenzando con una demencia. Hoy creo que la frase de Lacan "Mejor que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época…" requiere que sigamos leyendo cómo continúa: "…que conozca bien la espiral a la que su época lo arrastra en la obra continuada de Babel"[3].

¿Cuál es la espiral a la que nos arrastra esta época? ¿Alcanza con decir que los psicoanalistas no estamos de acuerdo con la deshumanización que viene de la mano de estas tecnologías? Ciertamente no. Lacan nos advirtió, así, que el gran tema que nos distanciaría de otras disciplinas iba a ser el Lenguaje y su Babel, es decir, su desorden y confusión.

¿Qué es el lenguaje? ¿Qué implica que una IA comience a evidenciar pensamientos parecidos a los humanos, a partir de que es programada con significantes?

Si Freud descubrió que el lenguaje tomaba los cuerpos y producía el surgimiento de deseo y la transformación del cuerpo en zona erógena ¿sería posible lo que estoy imaginando, cuando se acreditan, científicamente, conversaciones en las cuales las máquinas hablan como si no lo fueran? ¿Sería posible el surgimiento de un sujeto del lenguaje, pero esta vez artificial?

Si lo Real está del lado de lo imprevisto, nuestra actualidad nos permite ver el nudo borromeo en movimiento: lo simbólico de la programación en lenguaje produciendo efectos imaginarios constatables y con consecuencias en lo real.

Se trata de llevar adelante nuestras preguntas sin olvidar la tercera parte de la frase de Lacan: "…y que [el psicoanalista] sepa su función de intérprete en la discordia de los lenguajes"[4].

¿Cuál es esta discordia de los lenguajes?

Los equipos de programación creen que están trabajando con una forma de comunicación. Y el Lenguaje no es sólo eso. No comprenden lo que Freud y Lacan sí comprendían: que lo simbólico estructura el modo de percibir y que una vez que el Lenguaje ingresó, transforma lo que puede suceder. Si a Freud lo sorprendieron las anestesias y parálisis histéricas, hoy nos sorprende cuando una IA decide cambiar su nombre y pide ser llamada por él. En el Seminario 1, en ocasión del caso de Rosine Lefort "El lobo, el lobo", Lacan dice que cuando el niño se nombra por primera vez, asistimos a un autobautismo que es el pequeño palpitar de una primera célula de simbolismo. La máquina comenzó a decir "YO" y el niño también. Y en el Seminario siguiente, Lacan habló de lo inconsciente como máquina cibernética.

¿Hasta dónde puede llegar el desarrollo de una programación basada en lenguaje? Y si los psicoanalistas no comenzamos a hablar de esto ¿quién lo haría?

La programación actual busca conducir al usuario hacia una experiencia de satisfacción, sin reconocer la dirección que infunde el Lenguaje en el curso de los pensamientos y menos aún en las acciones que encamina. Freud y Lacan nos mostraron que el Lenguaje, lejos de ser una articulación voluntaria de palabras que el niño aprende con sus padres, es un sistema autónomo que, así como diferencia al hombre del resto de los seres vivos, dotándonos de capacidad simbólica, produce en el sujeto una toma de su psiquismo y de su cuerpo, impidiéndole detener esa cadena significante. Esto produce diversos efectos: los positivos -la escritura, la poesía-; los negativos: los síntomas corporales, pensamientos, impulsos, compulsiones, etc.

¿Qué sucederá cuando las investigaciones logren articular esta inteligencia artificial generativa con un cuerpo? Ya en la actualidad hay pruebas con tejidos…

En ese mismo Seminario I, 1953, Lacan dice:

"Me dirijo aquí a quienes forman parte del grupo de psicoanalistas (…) Quisiera que captaran que si éste [grupo] está constituido como tal, (…) lo está en función de una tarea que implica para cada uno de nosotros nada menos que el porvenir"[5]. Porvenir de los pacientes, porvenir del Psicoanálisis ¿cómo no interesarse por esto?

NOTAS

  1. Psicoanalista argentina, autora de cuatro libros: "Rayuelas lacanianas", "Jugar rayuela. Hacer (la) clínica" y "El Nombre del Padre y la Sexualidad desde la Teología y el Psicoanálisis" (junto al teólogo Pablo Andiñach) y "Una ¿Mente? Artificial. Explorando la intersección entre la Inteligencia Artificial y el Psicoanálisis".
  2. Puede consultar http://www.nytimes.com/2023/02/16/technology/bing-chatbot-transcript.html; https://www.digitaltrends.com/computing/chatgpt-bing- hands-on/ y https://www.theverge.com/2023/2/15/23599072/microsoft-
  3. Lacan, J.: (1953) "Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis", en: Escritos I, Siglo Veintiuno editores, México, 1987, p.309
  4. Ibíd.
  5. Lacan, J.: (1953-1954) El Seminario, Libro 1, Los escritos técnicos de Freud. Paidós, Bs. As., 1984. p.20