Marzo 2019 • Año XVIII
#36
Dossier 100° aniversario de "Lo ominoso" (1919) de Sigmund Freud

“La clínica actual de Das Unheimliche” [1]

Gerardo Battista

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InCierto Perfume VII, “en la plaza del insomnio”
Técnica mixta sobre tela, 2018
Mariana Allievi

Para pensar la actualidad de Das Unheimliche y su relación con la clínica Φ0 plantearemos el binomio: S1 degradado - deriva pulsional. Abordaremos este binomio desde la perspectiva de la carencia paterna pues permite pensar el funcionamiento de las neurosis actuales, P - Φ0. La carencia paterna no es sin su partenaire, un deseo materno ilimitado. De allí el predominio del retorno de Das Unheimliche, punto de conexión con la pulsión de muerte e íntimamente relacionado a un goce de “domicilio desconocido”[2] que irrumpe en el cuerpo dominándolo.

 

Introducción

Para destacar la vigencia de Das Unheimliche -luego de 100 años de su publicación- desarrollaremos el lazo entre el afecto de la angustia y la noción freudiana de pulsión de muerte respecto a la clínica actual donde verificamos que el eclipse de la palabra empuja a gozar más cerca del cuerpo. Estas presentaciones clínicas que no precipitan las consecuencias de la operatoria del Nombre del Padre refieren a que “la ruptura del falo está a la orden del día”.[3] Es decir, el falo no cumple su función de limitar y localizar goce en los bordes pulsionales del cuerpo. Abordar la clínica de Das Unheimliche en este nivel permite revelar el lazo patológico entre el sujeto y el objeto de goce, la detención de la función fálica y la deflación del deseo, lo que trae como consecuencia un goce más invasivo -el retorno al claustro materno. Índice de lo que habita en la angustia, la presencia de un real desbocado. No es la angustia que empuja a lo simbólico y que anuda el goce con la castración, descifrable en el síntoma del sujeto. Sino la angustia que tiene prevalencia en esta época es aquella que Freud tempranamente asociaba a las neurosis actuales. Nos centraremos en las presentaciones neuróticas que no encuentran una solución al goce vía el síntoma lo cual dificulta la articulación del goce autista en un sujeto al goce en tanto que éxtimo, en el Otro.

Para pensar la actualidad de Das Unheimliche y su relación con la clínica Φ0 plantearemos el binomio: S1 degradado - deriva pulsional. Este binomio traza el trayecto que va del objeto a al S1. Se podría pensar que es el camino reverso de un análisis pues la curva va del significante al goce pero en esta clínica la posición conveniente del analista es forzar la producción de S1 singulares.

 

Das Unheimliche, hoy

Una referencia de Lacan oficia de brújula para orientarnos ante esta clínica: “Así como abordé el inconsciente mediante el Witz, abordaré la angustia mediante lo Unheimlichkeit”.[4] El sujeto contemporáneo angustiado no recurre al Otro sino a su cuerpo. La preponderancia de este afecto se debe a la irrupción del objeto a prescindiendo del matiz fantasmático. En términos freudianos, “la repetición no deliberada es uno de los factores que vuelven ominoso lo angustiante”.[5] El núcleo de la angustia no se presentifica debido a la garantía del fantasma, pero si el marco que estructura lo imaginario se resquebraja irrumpe el afecto de extrañeza. “Freud fue el primero en promover al nivel analítico bajo el nombre de lo Unheimliche. El fenómeno no está enlazado, como algunos lo creyeron, a irrupciones del inconsciente, sino a esa suerte de desequilibrio que se produce en el fantasma”.[6] La clínica actual de Das Unheimliche no está referida a la vacilación fantasmática sino, más bien, a la deriva pulsional.En la clínica Φ0, el sujeto contemporáneo no consiente a una posición de goce en el fantasma, es allí donde ubicamos los impasses en la estructura y, como efecto, la deriva toma sitio del circuito de satisfacción pulsional deviniendo Unheimliche.

La inexistencia del Otro provoca la crisis de las identificaciones simbólicas empujando al ser hablante al goce. El debilitamiento del Ideal deja a los sujetos contemporáneos sin brújula debido a que la proximidad con el objeto de goce hace estallar el montaje de la escena en la que el ser hablante se sostiene. Encontrándose allí conjugado heim y Unheim, lo más familiar y lo más extranjero. “Lo ominoso sería siempre, en verdad, algo dentro de lo cual uno no se orienta, por así decir. Mientras mejor se oriente un hombre dentro de su medio, más difícilmente recibirá de las cosas o sucesos que hay en él la impresión de lo ominoso”.[7] Podemos extraer como consecuencia de esta referencia que Das Unheimliche hoy no orienta pues está íntimamente relacionado con “un cierto debilitamiento, una cierta desconfianza, digamos una cierta transferencia negativa con relación a todos los significantes amos”.[8]

Abordaremos el binomio planteado desde la perspectiva de la carencia paterna pues permite pensar el funcionamiento de las neurosis actuales, P - Φ0. Es un término que introduce Lacan en El Seminario Libro 4[9] respecto a la fobia. Es interesante que se sirva de la fobia para conceptualizar la carencia paterna debido a que la ubica más como un momento de impasse de la estructuración subjetiva -que además es constitutivo del sujeto- que un tipo clínico. La carencia paterna es un impasse producto del detenimiento en el primer tiempo del Edipo, zona donde se estraga la eficacia simbólica impidiendo que el sujeto tome algún significante del Otro que propicie una identificación simbólica y, con ella, la segunda pérdida del objeto a, su fijación en los bordes corporales.

La carencia paterna no es sin su partenaire, un deseo materno ilimitado. De allí el predominio del retorno de Das Unheimliche, punto de conexión con la pulsión de muerte e íntimamente relacionado a un goce de “domicilio desconocido”[10] que irrumpe en el cuerpo dominándolo. “En este no-todo que ahora hace que ya no haya más excepciones, punto de exterior. Ya no hay un punto que permita definir un régimen de funcionamiento tipo: los significantes y un goce como excepción, o un S1 como excepción, el nombre del padre como excepción. Eso sostenía un cierto régimen de funcionamiento. Una vez que pasamos a un régimen sin excepción, todo está infectado de goce”.[11]

La dificultad del sujeto contemporáneo de estar sujetado al inconsciente y que la pulsión se fije a un objeto se debe a que la transmisión del Nombre del Padre no pasó por el padre real.[12] “Las familias (…) acentúan evidentemente la disyunción del padre real y de la función simbólica, de las cuales ya no es ni el soporte ni la garantía”.[13]

La eficacia simbólica se vuelve problemática, se estraga, sin la intervención de un factor real. Si la castración tiene un estatuto simbólico, es un agente real lo que la hace efectiva. Las presentaciones clínicas actuales están referidas a que: “las palabras y los cuerpos se separan en la disposición actual del Otro de la civilización”.[14] Por ello, los arreglos del goce son imaginarios o reales como ser inhibiciones, fenómenos de cuerpo, ataques de angustia, encierros, violencia, cortes en el cuerpo, etc. La carencia paterna produce la separación de lo simbólico y lo real. Esta separación se debe a que se encuentra estragada la eficacia del S1. Es decir, si el sujeto no consiente a un significante en el lugar de S1 que comande las identificaciones para mantener a distancia al objeto de su goce se confronta a Das Unheimliche. En este preciso punto, podemos plantear como hipótesis que la clínica Φ0 hace evidente la actualidad de Das Unheimlich.

 

La ética del S1

Si la autoerótica del saber trastoca el corazón mismo de la transferencia, ¿cómo restablecer el lazo particular que la pasión transferencial tiene con el saber? La transferencia se presenta sobre la base de “la inclusión del objeto a en el Otro”.[15] Es por esto que la extimidad es un concepto importante para la clínica. El psicoanalista es éxtimo pues se hace soporte de lo más íntimo del sujeto. ¿Cómo pensar la extimidad en la clínica Φ0 cuando el Otro no es depositario del objeto sino el propio cuerpo?

“Cómo la alteridad significante puede volverse Unheimlich para un sujeto (…) Lacan podía decir al final de su Seminario Los nombres del padre: un psicoanálisis, demanda amar su inconsciente (…) para hacer existir no la relación sexual, sino la relación simbólica”.[16] Esta referencia de Miller nos lleva a pensar cuál es la posición más conveniente para un analista en el siglo XXI, la ética del S1. La ética del S1 no implica el efecto de desidentificación sino, un momento lógicamente anterior, la producción de significantes sintomáticos que propicie el efecto sujeto. Por ello, la apuesta por el S1 es lo que puede permitir una nueva relación al inconsciente que sustituya el lazo patológico entre el sujeto y el objeto y, por consiguiente, anude el cuerpo a las palabras.

Esta casuística enseña que la eficacia analítica no refiere sólo a la equivocidad interpretativa sino también a la construcción, al armado, la ligazón, al empalme de las palabras y el cuerpo. Lo que promueve una nueva alianza entre la identificación y la pulsión que propicia colocar al objeto a en el lugar de causa de deseo. De este modo, se vivifica el goce que habita el cuerpo para dejar de quedar engullido por el par carencia paterna - deseo materno ilimitado.

Cottet ubica que: “reparamos la carencia por la simbolización, pero no sin resto. ¿Qué hay de los estragos del vacío dejado por el padre real?”[17] ¿Ese resto refiere a que en el sujeto contemporáneo su solución al goce es vía lo materno, tal como Lacan lo vaticinó con Juanito, con Gide y con Leonardo?

Para concluir, podemos decir que la clínica Φ0 implica forzar la ética del S1 por parte del analista. Lacan señalaba que “lo real del padre, es absolutamente fundamental en el análisis. El modo de existencia del padre depende de lo real”.[18] De este recorrido podemos precisar que la ética del S1 ubica al analista como relevo de la carencia paterna. Posición analítica que promueve que un S1 degradado se torne Unheimliche para que un ser hablante advenga analizante. Es decir, que ese significante se reintroduzca en el flujo simbólico, condición necesaria para que un analizante cuestione su relación con los significantes amos de su goce y tenga relación con un deseo.

NOTAS

  1. Contamos con dos traducciones del término: como “Lo siniestro” en los tres volúmenes de Biblioteca Nueva y como “Lo ominoso” de J. L. Etcheverry. En este trabajo tomaremos la versión de Freud, S., “Lo ominoso” (1919), Obras Completas, Vol. N° XVII, Amorrortu editores, Bs. As., 1979.
  2. Lacan, J., El seminario, Libro 16, De un Otro al otro, Paidós, Bs. As., 2008, p. 208.
  3. Deffieux, J.-P., “¿La familia es necesariamente edípica?”, Enlaces 19, Grama ediciones, Bs. As., 2013, p. 143.
  4. Lacan, J., El seminario, Libro 10, La angustia, Paidós, Bs. As., 2006, p. 52.
  5. Freud, S., “Lo siniestro”, op. cit., p. 242.
  6. Lacan, J., El seminario, Libro 6, El deseo y su interpretación, Paidós, Bs. As., 2014, p. 354.
  7. Freud, S., “Lo ominoso”, op. cit., p. 221.
  8. Laurent, É., Los objetos de las pasión, Tres Haches, Bs. As., 2004, pp. 24-5.
  9. Lacan, J., El seminario, Libro 4, La Relación de Objeto, Paidós, Bs. As., 1994.
  10. Lacan, J., El seminario, Libro 16, op. cit., p. 208.
  11. Laurent, É., “Big Felicidad”, Conferencia de Eric Laurent, DIANOIA PSICOANÁLISIS. Consultado en: https://jingshenfengxi.blogspot.com/2009/11/big-felicidad-conferencia-de-eric.html?fbclid=IwAR3tcgkhLEf0d2jwfFOjcKHd5-kjfVhWdFhkUfPRgDJg208ExowmLz5WNqM
  12. En El Seminario 17Lacan afirma que el padre real hace el trabajo de la agencia amo. El padre real es la operatoria real que hace escupir un S1 -por fuera del sentido, es arrojado a la ex-sistencia—, el cual hace del goce cuerpo. Lacan. J., El Seminario, Libro 17, El Reverso del Psicoanálisis, Paidós, Bs. As., 2006, p. 133.
  13. Cottet, S., “El padre pulverizado”, Uniones del mismo sexo, Grama ediciones, Bs. As., 2010, p. 161.
  14. Laurent, É., “El reverso del síntoma histérico”, Síntoma y nominación, Diva, Bs. As., 2002, p. 13.
  15. Miller, J.-A., Curso de la orientación lacaniana “Extimidad”,Paidós, Bs. As., 2010, p. 79.
  16. Miller, J.-A., “Una fantasia”, Conferencia de Miller en Comandatuba, 2004. Consultado en: http://2012.congresoamp.com/es/template.php?file=Textos/Conferencia-de-Jacques-Alain-Miller-en-Comandatuba.html
  17. Cottet, S., “El padre pulverizado”, op. cit., p. 164.
  18. Lacan, J., “Conferencias en universidades norteamericanas (2da parte)”, Revista Lacaniana de Psicoanálisis 21, Grama, Bs. As., 2016, p. 19.
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