Diciembre 2001 • Año I
#4
Dossier

Saber tomar la ocasión

Beatriz Udenio

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No siempre uno tiene la oportunidad de estar en el lugar y en el momento adecuados. Pero no basta con estar allí sino, sobre todo, saber tomar la ocasión. Cuando me dispongo a redactar estas líneas introductorias al dossier propuesto por Virtualia para conmemorar los 10 años desde la fundación de la EOL, no puedo dejar de mencionar el contexto social argentino en que nos encuentra esta celebración: inquietud e incertidumbre, pero también la respuesta de un movimiento popular espontáneo sin precedentes y sus consecuencias: haber sido oportuno. Esto es lo que de alguna manera, puede servir de verdadera introducción a esta "Nota introductoria".

Cuando Mario Goldenberg me propuso que elaborara un dossier por los diez años de la Escuela, los recuerdos de los tiempos vividos en los momentos previos a la fundación se agolparon en mi cabeza de un modo vertiginoso. Volví, primero, a ver las fotos de la fundación que tenía guardadas en un cajón; llamé a Dudy Bleger para que buscara el video que se había filmado en el Teatro Cervantes, lugar donde se había realizado el acto de fundación; comencé a imaginar quienes querrían participar con un texto, qué proponerle a cada uno, cómo saber acercarme a lo que mejor pudiera ir para el estilo de cada cual. ¿Recordarían todos esos momentos? ¿Podríamos repetir algo de la emoción que acompañó aquellos tiempos fundacionales?

Casi un año pasó hasta llegar al 3 de enero del ‘92, desde aquel febrero de 1991 donde se dio inicio a un recorrido que demostraría ser la recta final hasta concretar la creación de la EOL, que tuvo en su acto de fundación un corolario especial. No todos los que se sentaron a esa mesa en el Cervantes están hoy aquí. Hay al menos uno que falta: Javier Aramburu, cuyas palabras en la apertura se transforman hoy en un texto inédito, que publicamos ahora y que comienza con un "Estoy contento" del que queremos hacernos eco. Varios de los otros que pueden ver en la foto (Samuel Basz, Dudy Bleger, Jorge Chamorro, Juan Carlos Indart, Germán García, Jacques-Alain Miller, Judith Miller, Baby Novotny de López y yo misma) "hablan" en este dossier, de manera distintas. Los hay quienes han preferido redactar un texto personal –la mayoría–, mientras que otros han preferido sostener un diálogo o responder a una entrevista. En otros casos, quienes participaron del movimiento hacia la Escuela, y asistieron a la fundación, cuentan sus motivos y modos de haber dicho que sí a la EOL. Algunos, como Graciela Brodsky, Luis Erneta, Aníbal Leserre, Frida Nemirovsky, Oscar Sawicke, Mónica Torres, formaron parte del grupo de los 21 que sostuvo ese año de trabajo hacia una Escuela de orientación lacaniana en Argentina. Otros, como Marina Recalde y Guillermo Belaga, provenían de distintos lugares y con diferentes inserciones en los grupos asociados al Campo freudiano que abonaron a ese movimiento. En otros casos, como Silvia Tendlarz, no vivían en Buenos Aires al momento de la fundación y siguieron ese proceso desde el extranjero. Pero, además, algunos se acercaron de modo independiente a este movimiento, como Alejandra Eidelberg. Por esas épocas, yo formaba parte de la Sociedad Analítica de Buenos Aires (SABA), de la que me alejaría junto con muchos otros, al decidir participar de la formación de esta Escuela.

Son varias las anécdotas que me vienen a la mente. La mayoría están retomadas en los textos que publicamos: desde los orígenes del Campo freudiano en Argentina y los modos en que los distintos grupos y sociedades constituidas (Simposio del Campo freudiano, Biblioteca Internacional de Psicoanálisis, Seminario lacaniano, Seminario de Psicoanálisis, otros) confluyeron en el movimiento hacia la Escuela; la precipitación en la última Hora del debate del 5 de octubre del ´91 de un pedido "popular" de gestionar lo que fuera necesario para fundar la escuela; los arreglos previos a la fundación).

De estas anécdotas quiero introducir dos más, personales. La primera, el recuerdo vívido de las largas horas transcurridas tomando las Actas de las reuniones del Comité de gestión del Movimiento hacia la Escuela, en ocasiones de 6 a 8 horas de duración, donde nos sorprendía la madrugada en el momento de precipitarse una conclusión, siempre con la presencia vital de Jacques-Alain Miller, verdadero animador de ese movimiento. La segunda, está ubicada en las escalinatas del teatro Cervantes ese 3 de enero de 1992, sentada junto a Juan Carlos Indart y Jacques-Alain Miller, "practicando" la lectura del Acta de Fundación que debería leer instantes después frente a un público numeroso que se había acercado a ese lugar para participar del evento, cuando nerviosa, dije en voz alta "¿Y si se me va la voz?". Nunca voy a olvidar ese momento, la emoción que nos acompañaba, la alegría de haber logrado concretar algo largamente esperado.

Cada tanto, como nos recuerdan muchos de los textos hoy, es preciso volver a encarnar esos momentos fundacionales y tal vez volver a hacer resonar nuestra voz con la de otros, en una nueva apuesta. Es lo que, de un modo u otro, hacen oír estos textos.

Recórralos, lector, con tranquilidad. Son muchos, no pretenda leerlos todos juntos. Compárelos, critíquelos, reflexione sobre ellos, ubique en las entrelíneas –como no puede ser de otra manera debido al malentendido– lo que cada uno de ellos intenta transmitir. Hay anhelos, recuerdos, luces, sombras, perspectivas críticas, inquietudes, entusiasmo, también reproches, dudas, alegría, expectativas… La lista es larga, y no está terminada. Es así como, en vuestro recorrido, cada uno de ustedes podrá aportar el texto que falta.

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