Mayo 2002 • Año II
#5
Holocausto

El holocausto y su actualidad

Oscar Sawicke

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Martin G. Larralde
S/titulo
Tinta sobre papel.
18cm x 25cm.
2001.

La cuestión del Holocausto es analizada aquí en su relación a la ignorancia, a la mirada que se desvía y su relación al sujeto, logrando poner el autor en evidencia las condiciones de goce que implica el lazo social.

La historia del antisemitismo es amplia y prolongada y atraviesa diferentes épocas. Pero esta historia tiene un momento de ruptura que es la Shoá, palabra hebrea que dice de los límites del lenguaje para nombrar la aparición de una catástrofe y de la emergencia de los límites absolutamente indeseables del hombre, del sujeto.

El interés para develar este fenómeno no es una cuestión de moda, como lo plantean diversas formas de la actualización de algunos actos de segregación en diversas partes del mundo. No se trata de algo pasajero. Se trata de aclarar puntos ciegos de los que el sujeto es responsable.

Dejar muchas veces cuestiones obscuras es patrimonio del sujeto; el psicoanálisis tiene las pruebas para demostrarlo: el sujeto también puede adherir a respuestas mas allá de la buena intención.

En esta historia del antisemitismo y la segregación, se entretejen cuestiones que son a veces tomadas como explicativas o desencadenantes, como fue la cuestión de la colectividad judía de Europa central y el bolcheviquismo, argumento también indeseable pero utilizado muchas veces para velar su núcleo central. Argumento oscurantista que no forma parte de la Shoá y la implicación subjetiva de los integrantes de las sociedades humanas, que promovieron la Shoá.

Podemos interrogar si el nacimiento del Estado de Israel se funda a partir del holocausto y su posible relación con una guerra perdida de la religión judía frente a la religión cristiana. Pasaje de la religión judía a ser ciudadanos del Estado de Israel. Respuesta del mundo frente al surgimiento de la Shoá. Tema de debate, pero índice de una respuesta: la creación de un Estado luego de varios miles de años en que algo inédito ha pasado, la Shoá. Podemos explicar esta cuestión desde la masificación y extensión de la religión cristiana sobre la religión judía, y de una respuesta mundial de nuestra sociedad judeo-cristiana como totalmente implicada.

No hay dudas que el holocausto es una cuestión central del siglo XX, un signo de algo nuevo y diferente a todo lo conocido. Apareció en la historia en un momento que es necesario determinar, y considero que no se trata de una serie acumulativa de hechos que llegan a un límite y estallan. Además, mantiene el interrogante sobre si es una cuestión terminada o no, si la historia por venir tendrá o no la marca del holocausto.

Este es el punto que hace de la historia un antes y un después.

La filosofía, la sociología y otros grandes saberes de nuestra actualidad muestran sus desvelos cuando interrogan este tema. Surgen los interrogantes sobre las matanzas, las virtudes buenas o malas de los hombres o generalizaciones, que transforman esta cuestión la mayoría de la veces en un paseo cultural.

El psicoanálisis se interesa por la Shoá desde el discurso analítico, mas precisamente en investigar este tema desde la subjetividad del sujeto, mostrando las respuestas que el psicoanálisis puede dar.

El recorrido por la historia universal, de la historia universal de las sociedades humanas, nos muestra, lamentablemente, grandes y reiteradas matanzas de pueblos enteros, fundamentadas siempre con las más amplias y extensas explicaciones.

La comparación sola como fenómeno de asesinato en masa es insuficiente. No faltan intentos de hacer engrosar el Holocausto como uno mas de estos asesinatos, que son solo una comparación descriptiva y fenomenológica.

Intentare demostrar su diferenciación con otros asesinatos de masas.

El holocausto aparece así como un hecho inédito y singular.

Me interesa señalar aquello que no engrosa la lista de otros asesinatos de sociedades humanas.

Desde aquí comenzamos a llamar la cuestión del Holocausto, con la palabra hebrea Shoá, una palabra que la separa de toda semejanza.

"Shoá" es una palabra difícil de traducir, pero la interpreto como sacrificio con el agregado de catástrofe. Partimos así de que el holocausto es un sacrifico pero también el indicador de una catástrofe de las organizaciones sociales. ¿Qué significa esta catástrofe? ¿Qué es esta aparición repentina, brusca, inédita?

Para responder a estas preguntas considero adecuado enumerar una serie de cuestiones.

La primera de ellas es ubicar esta catástrofe, su aparición repentina, no natural. No es el resultado de una sumatoria de hechos históricos, se trata de una decisión de exterminio de una determinada estructura social por otra.

Planteo que esto diferencia la Shoá de cualquier otro tipo de situación similar. No se trata de una relación dialéctica víctima victimario.

La cuestión de la víctima es importante pero, no se trata solo de que el judío ocupa el lugar de la víctima, sino y fundamentalmente del objeto de sacrificio y asesinato que una sociedad humana promueve.

Colocar al pueblo judío como víctima es una interpretación de la historia que lo define como pasivo. Interpretación que oculta los testimonios, que no son pocos, de sostener otra posición frente al nazismo.

Desde aquí se impone definir las sociedades humanas de otra manera a como se han definido hasta ahora, en tanto dan lugar a la instauración de un estado que instituye una aberración máxima como ley.

Para entender y diferenciar esta aparición recorremos la historia de Europa, y encontramos una inmensa cantidad de datos sobre el antisemitismo, la lista es interminable, son mas bien inabarcables. Pero quiero aclarar que no se trata de una acumulación de elementos, no se trata de interpretar la historia desde un orden cronológico o evolutivo.

El discurso analítico, con Freud y con Lacan, nos enseña a entender la historia de otra manera. En este sentido, la catástrofe, el sacrificio, la Shoá, es una aparición brusca por cambios en la organización social de los hombres; lamentablemente es algo que tiene que ver con el signo de lo nuevo: se trata de la dimensión de un acto que no debió aparecer "—el drama del nazismo, que presenta las formas mas monstruosas y supuestamente superadas del holocausto". [1]

Se trata de una diferencia con cualquier otro sacrificio. De lo que no debió aparecer de la estructura del sujeto ni debe ser develado, la decisión de exterminar a un pueblo por otro agrupado en una sociedad.

La cuestión del poder, de la autoridad se impone para develar el tema del holocausto. Freud en el "Moisés y la religión monoteísta" demuestra que la religión, la autoridad y el poder son una construcción del lado del Sujeto.

La autoridad se origina en lo que Freud define el complejo paterno. Es la instauración de la ley, de la prohibición del incesto, de lo imposible, de la castración, del sujeto dividido. Como dice Freud, desde aquí se construye y se deriva un orden social que Freud define como un paso adelante de la civilización. Estas organizaciones humanas determinan la sumisión del sujeto a este orden social.

Lacan [2] toma la cuestión del holocausto diciendo que, por ignorancia, por indiferencia aparece como un misterio que las premisas hegeliano-marxistas no develan.

Plantea un fuerte cuestionamiento a la concepción dialéctica de la historia, con todo lo que implica la dialéctica, con todo lo que implica la síntesis hegeliana.

Entiendo que introduce una ruptura con el pensamiento dialéctico que conduce a una síntesis superadora. Desde aquí se dan los fundamentos para colocar al holocausto como aquello que no debe entrar en ninguna síntesis, forma de soportar una diferencia absoluta que el holocausto representa.

Lacan continua diciendo también que son pocos los sujetos que no sucumben frente a la fascinación del objeto de sacrificio, en una captura monstruosa, siempre hablando del holocausto, a lo que llama los dioses oscuros. Agrega que la ignorancia, la indiferencia, la mirada que se desvía, explican tras que velo sigue todavía oculto este misterio, que impone la responsabilidad de cada sujeto en los tiempos actuales dando lugar a pensar que es un fenómeno actual, por eso convoca al rechazo a la ignorancia, la indiferencia y a la aceptación de los misterios.

Lacan dice que al sujeto colocado frente al objeto de sacrificio le es muy difícil desviarse de esa atracción y cae en esa fascinación.

En ese punto de objeto de sacrificio quiero ubicar lo que podemos definir y debemos definir como el pueblo judío.

En el mismo seminario, un poco mas adelante, Lacan toma a Spinoza para demostrar justamente lo opuesto a caer en la fascinación de objeto, y dice que esto se debe justamente a la función significante, que para nosotros tiene todo su peso, pero también muestra ciertos limites de su posición, deslizándose a recordar las cuestiones que lo llevaron, a Lacan , a su escrito "Kant con Sade" [3].

Constatamos que no vuelve a Freud, para demostrar las causas del holocausto, es decir que se orienta hacia otra cuestión que no es ni "Moisés y la religión monoteísta" ni la cuestión del fenómeno de las masas.

Sostiene un ángulo diferente para no ignorar ni velar horror del holocausto, un punto de vista diferente al de Freud, si solo tomamos la constitución de las masas.

Brevemente ¿qué cosas plantea Lacan en "Kant con Sade"? Dice varias cosas, pero quiero rescatar solo algunas.

En "Kant con Sade" Lacan sostiene que ninguna intuición ofrece ningún objeto fenomenal, es decir que introduce la cuestión del objeto,la falta de objeto, y que ninguna intuición lo otorga o lo presenta.

En otro momento dice que el objeto se hurta, es decir que el objeto se pierde. También, en "Kant con Sade", Lacan introduce la voluntad de goce, que es el punto clave porque la voluntad de goce es escenificada por la relación del sujeto con el objeto sacrificial, que ocupa o adquiere el poder de fascinar al sujeto. Lacan plantea que es difícil para el sujeto desprenderse de esta fascinación, pero que sea difícil es sostener que el sujeto realiza una elección. Frente a la fascinación que produce el objeto de sacrificio, hay una decisión del sujeto de admitir esa voluntad de goce, consentir en la escena que admite en lo real el objeto de sacrificio. Cuestión que es patrimonio de la comunidad de los seres parlantes que auspician y promueven su presencia.

El psicoanálisis introduce un efecto de desengaño [4], el objeto perdido, que señala otra orientación.

Desde aquí nos interrogamos sobre el estatuto de objeto que promueve la sociedad actual donde la intervención del discurso de la ciencia es determinante.

La ciencia nos propone un objeto fascinante, la fascinación por el objeto que convoca a la subjetividad del sujeto desde la homogeneidad objetal, el objeto para todos, que sustenta la segregación de cualquier diferencia, es decir se elimina la subjetividad sustentada por la diferencia. Se consuma de esta manera una determinada subjetividad que no reconoce diferencias.

Considero e interpreto que este objeto propuesto por la ciencia ocupa para el sujeto el lugar del ideal.

Este lugar de ideal, sustentado por la ciencia, determina la unión entre el querer y el deseo, unión de querer y deseo que sostengo como voluntad de goce, es decir, como la decisión del sujeto de admitir la fascinación por el objeto.

Queda asi excluido el inconsciente, el lugar del chiste como valor de un efecto subjetivo diferente y singular. Se consuma la segregación de la subjetividad sustentada en una igualación homogeneizante del grupo, que bien puede ser una organización social.

En este sentido, afirmo que la verdad es la obscenidad de la identificación del objeto. El objeto así creado por la ciencia, a mi modo de ver, interviene de un modo crucial, interviene en la subjetividad del sujeto, la fascinación es su puerta de entrada, promovida por una organización social sustentada por la homologación igualitaria y universal. Se establece la unificación de saber y verdad.

La realización dialéctica de la historia se ha consumado, por eso Lacan la cuestiona y expone un origen desde el sujeto, desde la responsabilidad del sujeto en las organizaciones sociales.

Voluntad de goce y responsabilidad con relación al objeto que determina las organizaciones humanas, es decir que son organizaciones humanas que no se definen solamente desde la identificación al líder. La ciencia interviene a través de la creación del objeto fascinante en la estructuración social. El sujeto se encuentra en la encrucijada que lo responsabiliza en su elección.

Lacan dice: "Abreviemos diciendo que lo que vimos emerger para nuestro horror, hablando del holocausto, representa la reacción de precursores con relación a lo que se irá desarrollando como consecuencia del reordenamiento de las organizaciones sociales por la ciencia y, principalmente de la universalización que introduce en ellas." [5]

Me interesa de esta forma marcar fuertemente la intervención de la ciencia en las organizaciones sociales y la determinación que tiene en la subjetividad del sujeto y el consentimiento del sujeto por la fascinación del objeto de sacrificio.

En la misma Proposición, Lacan también interroga el racismo para acentuar, en mi interpretación, el velamiento que sostiene ciertas interpretaciones del mismo, y hablando de la situación de Europa después de la guerra, de la coexistencia, la famosa coexistencia pacífica, dice: "Hay que decirlo, y cuyo farfullo sobre el racismo más bien enmascaran su alcance", entiendo que el racismo más bien aparece como una especie de encubrimiento.

Esta frase permite ubicar la cuestión de la Shoá como un problema no de los judíos o no judíos, sino de un problema del sujeto y de la relación del sujeto a la época actual, donde subrayo el consentimiento del sujeto en un determinado momento de la historia universal a la estructuración y determinación de la subjetividad por la ciencia. Sociedades que sostienen la eliminación de cualquier singularidad, que realizan la segregación del sujeto soporte de la singularidad imposible de universalizarse.

En el libro de Daniel Goldhagen "Los verdugos voluntarios de Hitler" [6] presentan una exhaustiva investigación sobre la Alemania nazi, de la actividad de los alemanes durante la guerra. De igual modo expone la aceptación de los actos más aberrantes, mostrando la implicación de una sociedad al servicio del asesinato en masas. Sus investigaciones llevan a la búsqueda del elemento determinante de este consentimiento, lo demuestra con la poca o nula oposición al régimen imperante o la demostración de muchos asesinatos realizados sin ordenes previas, que podemos entender como consentimiento de cada sujeto, de la realización del asesinato por decisión del sujeto que ejerce la autoridad.

Hermann Langbein en "En hombres y mujeres de Auschwitz" actualiza desde la realidad de los lager esta vertiente, donde muchos prisioneros advienen al lugar de asesinos, del acto de eliminación y muerte, de elegir ese lugar, de asesino del sujeto, es decir de realizador de un acto que elimina toda relación entre los sujetos. Se consuma así la eliminación de la víctima, y también la eliminación de toda relación social.

Es desde aquí que nuevamente me interesa relacionar los procesos de segregación articulados a los desarrollos de la ciencia, dado que es la ciencia la que instiga a la relación con un objeto de la realidad y la de ejercer un poder sobre y desde ese objeto fascinante, cuyo ejemplo de máxima aberración son los campos de concentración, que define y ejemplifica trágicamente la voluntad de goce.

Simon Wiesenthal en "Los límites del perdón", en el dialogo que sostiene con un moribundo nazi que confiesa su arrepentimiento por los crímenes cometidos a un judío prisionero, expone frente a la confesión de haber asesinado judíos, que la confesión no impone el perdón. El autor sostiene su silencio como respuesta, que entiendo como un eres responsable de tu acto." Eres responsable de tu crimen". Simon Wiesenthal expone una investigación sobre este nazi, mostrando que no encuentra datos en su vida que indiquen su transformación en un criminal y su participación como asesino de guerra, incluso, Simon Wiesenthal, recuerda un comentario de la madre de este personaje, dicendo que fue un buen hijo.

Este libro, bajo la excusa de un relato histórico que intenta exponer las causas del porque un hombre es un asesino, construye un testimonio de extrema actualidad, un debate ético sobre como interviene cada sujeto en sociedades humanas.

Cuando Lacan en "La Proposición" habla de campos de concentración, entiendo como campo de concentración, según mi interpretación, de goce. Son los campos de goce que el psicoanálisis interroga y cuestiona. Voluntad de goce del lado del sujeto victimario, que se reúne en el pueblo alemán.

Este es el punto de catástrofe a develar: que una sociedad humana pueda organizarse admitiendo estos campos en su estructura social, de un acto que instaura al hombre como autor del acto de sacrificio que elimina la existencia del sujeto.

Si somos responsables de no desviar la mirada, ni ignorar el holocausto, es justamente para responder de qué forma y de qué manera las organizaciones sociales se estructuran ya no desde el ideal sino desde los sujetos.

Es en este terreno donde el psicoanálisis tiene que decir, del consentimiento y la participación o no frente al holocausto, del consentimiento de una organización social que reúne y convoca a la decisión de exterminio de cada sujeto que la compone, sí hay o no-consentimiento frente al acto de eliminación que instaura la muerte como ordenamiento social.

... "lo que viene al lugar del otro es el lazo social......es decir formas de goce" [7] "de las que en nuestra época nadie se quiere hacer responsable" [8].

Jacques-Alain Miller [9] se pregunta porque Lacan sigue usando el termino sujeto. Responde que transfiriendo al sujeto a una función significante se prohíbe el retorno del sujeto clásico.

Es una dirección que orienta la enseñanza de Lacan hacia el hacer con el goce.

El pueblo judío en la Shoá es el producto de una sociedad organizada para lo siniestro, problema de la sociedad de los hombres, de las condiciones de su goce que no es un problema exclusivo del pueblo judío.

NOTAS

  1. Lacan, J., El Seminario. Libro11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Bs. As., Paidós, pág. 282
  2. Ibíd.
  3. Lacan, J., Escritos, Siglo XXI, pág. 744
  4. Ibíd 1, pág. 283
  5. Lacan, J., "Proposición del 9 de octubre de 1967", Manantial, pág. 22
  6. Goldhagen, D., Los verdugos voluntarios de Hitler, Taurus, pág. 573
  7. Miller, J.-A.,  curso de 4/12/96, inédito.
  8. Laurent, É., curso del 20/11/96, inédito.
  9. Miller, J.-A., curso del 17/3/99, inédito
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