Diciembre 2004 • Año III
#11
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Una decisión, al final los principios

Adriana Abeles

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Pablo Garber
Cuerpos astrales

Este trabajo propone considerar que en el psicoanálisis, podemos decir que si se trata de la construcción del principio, éste no está solo al principio, sino que se construye y toma apoyo en la neutralidad, pero no del lado de la ley que prohíbe hacer, sino del lado de la ley que permite hacer como litoral.

 

El analista como secretario del psicoanálisis

Hay accesos singulares al psicoanálisis, se trata para cada analista como se presta a encarnarlos. Podríamos pensar, esta encarnadura hace a la función del analista como la función de secretario del psicoanálisis que tiene que ver con el lugar que cada uno decide dar al psicoanálisis. Ubiquemos que este secretariado es la encarnadura. La encarnadura es "lo que decide", es "con lo que se decide" en cada acto, es lo que hace el acto; es lo que se va agregando al psicoanálisis con la posición de cada uno. Lo que es importante que se sostenga es la encarnadura que implica el propio modo, no sin contar con el decir al propio modo y así prestarse para que el psicoanálisis pase. No implica ocupar un lugar sino prestarse para que haya lugar del Otro, prestar el semblante, prestar el nombre. El encarnado es fuente de efectos y se trata de efectos en el psicoanálisis, es decir, se trata de la incidencia en un momento como este dónde la coyuntura actual hace necesario para los analistas decir no a la normativización.

 

El psicoanálisis siempre aplicado

Hablemos de incidencia… Partiendo del psicoanálisis como discurso podemos considerar al psicoanálisis como aplicado siempre y así nos conducimos a pensar sobre el fundamento teórico en el que se basa dicha afirmación. Sostener que el psicoanálisis es aplicado siempre, implica, sostener que se aplique quiere decir que hay consecuencias es decir, hay articulación de lo real. La aplicación, es decir el acto, genera un nuevo espacio para el ser hablante, un espacio que no es extenso, consideremos que de eso se trata un análisis.

Consideremos que la aplicación es intervención, por lo tanto incidencia. La aplicación cuya incidencia coincide con el acto analítico, tiene como condición el dispositivo analítico para la posibilidad de producir la equivalencia de lo real, lo imaginario y lo simbólico propio del acto. Podríamos sostener que sea cual fuere el dispositivo en el instante en dónde hay incidencia, es decir acto, el dispositivo siempre es analítico porque pone en juego la función deseo del analista. La aplicación, la intervención, la incidencia, el acto implica una relación de equivalencia de lo real, lo imaginario y lo simbólico, este es el punto dónde se ha dado un paso. Cada vez que se toca el límite se abre otro límite y así sucesivamente con lo que Jacques Lacan llamó lo "sin palabras" del discurso, no sin haberse servido de las palabras. Propongo como principio: el psicoanálisis es aplicado siempre.

 

La construcción

La filosofía es la disciplina que planteó de distintas formas, el ser del ente durante veinticinco siglos. Heidegger en la filosofía efectiviza –luego de 25 siglos– la caída de la metafísica.

En la enseñanza de Jacques Lacan podemos partir de la proposición del 67 y cruzarla con los últimos seminarios de Jacques Lacan y decir que allí produce la gran subversión en su presentación del devenir del ser, es decir va a considerar que el ser se hace, lo cual trae como consecuencia un punto máximo de responsabilidad del sujeto. Implica un pasaje de la versión metafísica del ser que plantea por lo tanto lo apriorístico a la existencia planteada como resultado, como efecto, es decir constituida, construida.

Lacan en su enseñanza va realizando un recorrido en el que entiendo termina siendo la realización en acto de la caída de la metafísica, los conceptos, las nociones, los términos del psicoanálisis pasan a ser construcciones y por lo tanto pierden su existencia previa. Es así como el sujeto, el inconsciente, el semblante, el mundo, el síntoma, el fantasma, el analista, son construcciones. No hay existencia de ninguno de estos términos por fuera del dispositivo analítico, por lo tanto por fuera del análisis, es decir, previamente. Podemos decir que el síntoma analítico cuestiona la entidad metafísica del analista. Hablar de lo construido, es dar cuenta de lo que dispone el sujeto, por el análisis se trata de disponer. Al final de la cura el analizante pasa al lugar del analista, es decir dispone de la función deseo del analista.

¿Cómo hace este recorrido respecto de la construcción, Lacan? Sus referencias son:

La ética de Spinoza, El tractatus lógico filosófico de Wittgenstein y Heidegger con y entre El ser y el tiempo, Tiempo y ser.

 

Hay principios como lo rector y principios al final

La propuesta de este trabajo es considerar que si se trata de la construcción, también podemos decir que se trata de la construcción del principio, entonces el principio no está solo al principio, también se construye y toma apoyo entonces en la neutralidad. Tomar apoyo, no del lado de la ley que prohíbe hacer, sino del lado de la ley que permite hacer, que hace de litoral.

Toda construcción, no es sin el dispositivo, es decir de qué se dispone para tratar lo real; el psicoanálisis, se trata del tratamiento, tratar en términos de hacer entrar lo excluido. Aquello de lo cual se dispone, el dispositivo articula la función del analista, la posición del analista y la presencia del analista.

 

La neutralidad en psicoanálisis. [1]

Comencemos diciendo que no hay neutralidad del analista, la función del analista sostiene lo neutro. Tomamos aquí la neutralidad como lo que posibilita la construcción del principio.

Me interesa trabajar en relación a la neutralidad, no en términos de no tomar partido por una de dos opciones, sino en término de sostener los dos partidos para que haya decisión, no elección sino decisión y la función del analista sostenga el intervalo; es decir el inconsciente como intervalo. Considerar la neutralidad en términos de sostener los dos partidos es solidaria de la función deseo del analista sosteniendo la barra y allí el inconsciente como intervalo, el inconsciente producido, construido, que entiendo es el inconsciente que va constituyendo en su enseñanza Lacan.

La neutralidad implica la convivencia de valores positivos y negativos al mismo tiempo. La neutralidad como categoría filosófica, no es una conjunción de más y menos sino que tiene la virtud de la disyunción, es decir la virtud de mantener en disyunción los dos valores. Entonces ubiquemos la conjunción, la disyunción y lo neutro. La posición del analista mantiene la disyunción, que la disyunción pase a lo real que pase el "no hay relación sexual" es un modo de hacer convivir los sexos, disponer del par, por lo tanto del partenaire, tener el par.

La función deseo del analista sostiene la disyunción de los dos términos. Dando un paso más podemos decir que se articulan función del analista, posición del analista y la presencia del analista; es con esto que se sostiene la neutralidad solidaria del acto analítico. Todo decir es verdadero dice Lacan en el Seminario XXI y hay decir cada vez que quede dicho la relación sexual no existe: el acto analítico.

NOTAS

* Este trabajo es producto propio del Cartel constituido por Silvia Tendlars, Silvia Geller, María Angélica Marchesini, Adriana Abeles. Más Uno: Graciela Brodsky.

  1. La neutralidad en la filosofía
    A partir de considerar que en términos de la construcción del principio toma apoyo en la neutralidad trabajemos con el estatuto de ésta, la neutralidad.
    Consideremos primeramente a la neutralidad en términos de la filosofía y hagamos un recorrido siguiendo a José Ferrater Mora nos dice que en ciertas filosofías se admite que hay una sola especie de realidad y aún una sola realidad: son las filosofías monistas. En otra filosofía se admiten dos realidades fundamentales – lo físico y lo psíquico –: son las filosofías dualistas. Hay algunas filosofías que pueden ser monistas pero que no pueden ser en principio dualistas: son las que podemos llamar "filosofías neutralistas". Característico de las mismas es la afirmación de que lo físico y lo psíquico (o cualquier otra realidad) son a lo sumo dos aspectos o caras de una misma realidad, la cual es neutral con respecto a lo físico y al o psíquico (o a cualquier otra realidad).
    Ejemplos de filosofías neutralistas son las de Spinoza y más especialmente el grupo de doctrinas que proliferaron en los últimos años del siglo XIX y primeros años del siglo XX: doctrinas como la de Ernst Mach, Richard Avenarius, Wilhelm Achuppe, Richard Schubert-Soldern y otros – entre los cuales cabe incluir una etapa temprana en el pensamiento de Bertrand Russell.
    Las doctrinas neutralistas suelen ser al mismo tiempo perspectivistas, cuando menos en un sentido: en el que lo físico y lo psíquico son presentados como ´perspectivas de una sola realidad´, la cual no es ella misma ni física ni psíquica.
    El concepto de neutralidad, y el "neutralismo" resultante, puede usarse también en otro sentido: en el de la "ausencia de supuestos". En este caso la neutralidad se refiere no a la constitución de la realidad, sino a las doctrinas o ideas sobre la misma: "modificación de neutralidad". Consiste esta en el acto de desconectar" toda tesis relativa al mundo natural y colocarla entre paréntesis, haciéndola de esta manera "neutral" con respecto a cualquier supuesto y hasta con respecto a cualquier afirmación. La "modificación de neutralidad" es, según Husserl, aquel tipo de modalidad que descarta toda "modalidad doxal" a la cual se refiere, pero en forma completamente distinta de la mera negación, la cual es positiva y no "neutralizante". La modificación en cuestión no suprime nada ni "hace nada": es sólo, dice Husserl, la contraparte consciente de toda ejecución o acto, es decir, "su neutralización".
    Si dicha actitud es una actitud ante ideas, nociones, "posiciones", etc, no parece inconveniente admitir la posibilidad de una neutralización. Si, en cambio, se refiere a "situaciones básicas", la neutralización parece difícil, si no imposible.
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