Febrero 2006 • Año V
#14
Encuentro Pipol 2

Extractos de la intervención de Jean-Claude Milner en el Encuentro PIPOL 2

Jean-Claude Milner

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Lorena Cabrera
Expuesta en la Muestra de Virtualia, Palais de Glace, agosto 2005.

1) Quisiera examinar la función que ha jugado la orientación lacaniana en estos dos últimos años. El nombre de Lacan ha retornado en la escena de lo que podemos llamar el teatro social. Entre aquellos que han elegido los significantes lacanianos como referencia esencial, muchos se han sentido convocados a intervenir. En base a la « enmienda Accoyer », han puesto al día el termino de evaluación, a través de la evaluación han podido experimentar paso a paso que el conjunto de los dispositivos sociales se encontraba cuestionado. La ocasión y la fortuna han actuado, pero también la virtu – retomo aquí los términos de Maquiavelo.

2) Si debiera resumir con una palabra el efecto lacaniano , tal como se ejerciera en estas circunstancias, hablaría de lo « que no encaja ». En oposición a esta expresión tan reveladora : "salirle al cruce a alguien"[2], pero también en referencia al manejo en la circulación. El automovilista es la figura hoy del actor social por excelencia, mientras que el orden social entero se propone como un vasto embotellamiento. En la circulación francesa hemos, unos y otros, "salido de la fila". Hemos dejado la fila, bajo el silbato de los controladores. Hemos también abandonado las filas, como los soldados que deciden en un momento dado que el comandante no es la forma suprema de la humanidad.

3) Lo « que no encaja » importa siempre y en todos lados. Importa particularmente hoy en los países europeos. Más que nunca la marcha supone "encajar", no porque se sigan lideres, sino justamente porque ya no hay mas. Por supuesto podría citar ejemplos en los que en las democracias más modernas se reconocen lideres y los siguen, lo que no impide que el elemento mas critico, el que anuncia más claramente los tiempos nuevos es que el paso no esta ya marcado por nadie. Esta marcado por la realidad de las cosas. Es lo que llamo « la política de las cosas »: la política sin acto de la cual el programa es seguir estrictamente en todo lo que exigen las cosas por sí mismas. Incluso cuando el intérprete del momento toma la palabra en nombre de las cosas para hacer sus órdenes audibles a los deplorables seres humanos. Los intérpretes cambian a lo largo de las horas, pero para que se escuche bien que hablan en nombre de las cosas, saben generalmente atenerse a la lengua más pobre y a las ideas más disecadas.

En este periodo en el que la evaluación fue la palabra-amo, lo que no encaja fue un efecto de orientación, en el sentido más estricto; la referencia lacaniana consistió en orientar la atención, desviándola de la realidad de las cosas para dirigirla hacia lo real del acto. Reanudaba así el lazo, en otro tiempo tan decisivo, entre la política y los seres hablantes. Articulaba también, en términos renovados, la cuestión de los intelectuales o, más exactamente, la cuestión de la pequeña burguesía intelectual. Retomo con toda conciencia el rudo vocabulario de los años ’60.

(...)

Si la pequeña burguesía intelectual existe en Francia, no es allí solamente donde ella existe. Es cierto que en Alemania, desapareció después de 1933 y no se reconstituyo verdaderamente. Pero existe también en la Europa occidental de lengua románica y en América Latina. Cuando se la ubica en el mapa, se encuentra, por casualidad, el mapa de la extensión de la orientación lacaniana en el discurso psicoanalítico.

(....)

Los psicoanalistas lacanianos son de ahora en más el referente mayor de la clase que « no encaja ». Porque el « no encajar » le es constitutivo. Le es constitutivo porque Lacan lo ubico en el centro del discurso analítico. Propongo leer la teoría de los cuatro discursos como una lógica de lo « que no encaja ».

(...) Existe un internacionalismo lacaniano, a diferencia de otros, ha puesto la lengua en posición de piedra de toque. Esto lo hace sospechoso a los plenipotenciarios de las cosas, pero a cambio le abre espacios nuevos y más vastos, en los cuales ofensivas y contra-ofensivas le son posibles. En el momento en que hablo, los detentores de la orientación lacaniana están a la altura de llevar más lejos la eficacia material de su discurso. Una capa social no es solamente un equipaje voluminoso, ofrece también un apoyo.

Si la ilusión tiene futuro, decía Freud ; no decía que fuera la única en tenerlo.

Jean-Claude Milner publicó, La Politique des Choses, Paris, Editions Navarin, mayo 2005.

Traducción: Fabián Fajnwaks

NOTAS

  1. Este texto fue realizado por Judith Miller y publicado en Le Courrier du Champ freudienne del 27 de junio de 2005.
  2. « Emboîter le pas » en el original.
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