Julio 2014 • Año XIII
#28
Anticipo

La hendidura subjetiva en el Seminario 6

Gerardo Arenas

Bajar este artículo en PDF

Guillermo Belaga - Sin título
2012 - Técnica mixta s/papel (detalle)

En la clase inaugural de su último curso, Jacques-Alain Miller dijo que establecer El Seminario de Jacques Lacan es traducirlo, ya que implica conjeturar, una y otra vez, cuál habrá sido la intención de Lacan, qué habrá querido decir… aunque no lo haya dicho o lo haya dicho de manera oscura, imperfecta.[1] Quien traduce un seminario ya establecido por Miller tampoco puede obviar el paso de esa conjetura, en la misma medida en que para traducir una traducción es deseable tener presente el texto original, que en este caso también falta. La diferencia radica en que al menos cuenta con la traducción de Miller. Por lo tanto, establecer es traducir. Y la recíproca, ¿también vale? En ocasiones sí, aunque dentro de límites más estrechos.

Lo mostraré mediante un ejemplo que elijo por las dificultades que me planteó y por la enseñanza que me dejó como saldo: el de la traducción del término fente en los capítulos xxiii y siguientes del Seminario 6, El deseo y su interpretación.

En verdad, ninguno de los pasajes puntuales donde aparece fente plantea problemas de interpretación. Cuando alude a la mirilla a través de la cual un voyeur puede espiar, fente es hendija o rendija. Si se refiere a la bragueta que se abre en el gesto exhibicionista, fente es abertura o apertura. Y en aquellas circunstancias en que pretende dar una imagen de la estructura del sujeto, una larga tradición vierte fente por escisión o por división.

El problema surge cuando, al pasar de cada uno de esos contextos al conjunto que ellos forman, nos preguntamos por qué Lacan, que en su lengua disponía de términos usuales y bien diferenciados (fente, ouverture, y scission o division, respectivamente), habrá optado por utilizar el mismo vocablo en todos estos casos, incluso forzando a veces el campo semántico que le es propio. Aquí, la pregunta por la intención de Lacan se impone con todo su peso.

Antes de indicar qué respuesta esbocé para esta pregunta, creo indispensable hacer una aclaración.

En francés, el sustantivo fente y el verbo fendre poseen la misma raíz latina que tienen el sustantivo hendidura y el verbo hendir (o hender) en castellano. Idéntico linaje acreditan los términos hendija y rendija. Todos ellos señalan la acción o el efecto de abrir o rajar algo sin dividirlo del todo. En cambio, tanto los términos franceses scission y scinder como sus correlatos castellanos escisión y escindir surgen de una raíz diferente, que –además de emparentarlos con los ingleses splitting y split,y con los alemanes Spalt (o Spaltung) y spalten– los refiere al acto de abrir o cortar algo pero sin especificar si lo divide totalmente o no.

Atender a estas distinciones, ¿es acaso hilar demasiado fino? [2] Tal vez sí, tal vez no. Pero si pensamos que estas precisiones de Lacan darán paso a la discusión de la estructura topológica del sujeto, la respuesta se inclina más bien hacia el no.

A mi entender, la elección del término fente y su empleo sistemático (aun al precio de forzamientos expresivos) permite conjeturar en Lacan una intención doble.

Por un lado, apunta a aclarar que lo que Freud denominaba Ichspaltung (que los ingleses traducen como splitting of the ego y que nosotros solemos traducir por escisión del yo) no ha de entenderse como una división o una fragmentación del yo (o del sujeto, según la lectura que hagamos del término Ich), sino como una hendidura, es decir, como el surgimiento de una apertura que no lo segmenta en partes.

Por otro lado, apunta a otorgar un relieve conceptual a la noción de hendidura, que puede considerarse un antecedente necesario de los desarrollos relativos al inconsciente pulsátil en el Seminario 11 y a las diversas manipulaciones del toro agujereado que pueblan la ultimísima enseñanza de Lacan.

El traductor se ve entonces tironeado por al menos cuatro fuerzas. Por un lado, las tradiciones lo inclinan a emplear hendidura, apertura y escisión según los casos. La regla tácita de no dar traducciones diferentes de un mismo término en contextos similares, por otro lado, lo impulsa a utilizar hendidura en todos ellos, en detrimento de la corrección del resultado. Además, la necesidad de traducir le impide dejar intacta la palabra fente y recurrir a molestas notas aclaratorias. Por último, la responsabilidad de establecer el texto castellano lo obliga a no borrar las huellas de la (conjeturada) doble intención del autor.

La solución adoptada en tal brete consistió en conjugar la pluralidad de sentidos con la unicidad del significante que los condensa (fente, incluido entre corchetes), y así romper, siguiendo a Lacan, con la tradición que vierte Spaltung y splitting como escisión.

El lector juzgará si esta solución ha sido acertada o no.

NOTAS

  1. L'orientation lacanienne, curso del 19 de enero de 2011 (inédito).
  2. Splitting hairs, diría un inglés; couper les cheveux en quatre, un francés.
El Caldero Online Cuatro+Uno EntreLibros
La Red PAUSA ICdeBA IOM2
EOL Wapol FAPOL Radio Lacan